jueves, 10 de marzo de 2011

Carnaval con interés

Coge el coche, cientoveintitantos kilómetros hacía el kilómetro cero de la gracia, la ironía, el ingenio, la crítica cantada bajita para que se enteren bien los que no se enteran. Cádiz y su Carnaval en estado puro. "Y allí compadeceremos a toda esa gente..." que cree que el Carnaval termina con el "En la ciudad de Cádiz..." de la final o en las novedades del kiosko de El Melli. Tesquiyá.

Un batallón de jartibles anda, corre, en penitencia tras unas vocales de colores para coger un buen sitio, aquí no hay ni Uniticket ni taquilla que valga. A, E, I, O y U. En una callecita estrechita, estrechita con cústica de teatro romano LOS VOCALES esperan con respeto a que finalicen unos compañeros amantes del porrazo gaditano. Chimpúm, Chimpúm. Con voz suave, casi dulce, pegan tragantá por doquier. Que si la Teo, que si el PP, la telebasura, el Puente de la Pepa, la juventud gaditana...


 Todos los dictacores del mundo musulmán
van pidiendo la baja por estrés laboral.
Hemos tenido muy cerca sus tiranías
y aquí en Europa que calladito se lo tenían.
En Libia a Gadafi se le acabó el harén
y en Marruecos le hacen mobbing a Mohammed.
Ya cayó Mubarak y también Ben Alí,
y si esto se va extendiendo por todo Oriente
Melchor, Gaspar y Baltasar me parece a mí que son los siguientes.

La noche no acaba. Máxima expectación en la Calle Nueva. Ni que estuvieran dando billetes. En efecto, unos señores con un gorro-papelera (sembrao) reparten el yacobraste, moneda única del país de Guatifó, con la cara del Caracol y del Padilla., que ya hay que tener cara. La Banca Guatifó abre su sede, no sin esfuerzo, bajo el Banco Popular, competencia directa. Va compará. Presentacion para convencer, cuplés de interes variable, todos de interés. 


Para el Bicentenario ayudarán
con subvenciones a los bares
para que se puedan adecentar
porque les juro de verdad
que en más de uno no hay quien pare.
Van a cambiar las terrazas, mostradores, 
los retretes y a unos cuantos camareros.
Y el que está debajo de mi casa, 
ya era hora, 
ya por fin va a cambiar el aceite de la freidora.
Está la Conferencia Episcopal 
muy preocupada por su empresa
porque en la misa ya no entra ni Dios
y está perdiendo cantidad
de feligreses y feligresas.
Ha dicho Rouco Varela, sobre el tema, 
que el solito va a acabar con el problema.
Y en lugar de ponerle a la gente 
penitencia
ahora va a permitirle fumar dentro de la Iglesia.

Y todo con un estribillo que suena a venganza contra nuestros queridos directores de banco, la gente lo canta con arte y rabia: 

Su préstamo está concedido, 
no tiene que preocuparse.
Falta la firma del director, 
que lo firmará, 
cuando salga de la cárcel.


Al finalizar recoja su cartilla, el libreto, que hay que activar la economía del Carnaval Callejero. Un Carnaval que en el Pópulo se mancha con un desagradable botellón que ya no suena al 3x4 sino al compás de los botellazos, ni huele a manzanilla sino a meao, ni tiene sabor a Cádiz sino a cualquiera sabe dónde. Amoscuchá.



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