lunes, 28 de marzo de 2011

No votar, un plan para el 22 de mayo

No tengo planes para mañana ni para el fin de semana ni para mis próximos días libres pero sí para el próximo 22 de mayo, día de elecciones, dicho sea de paso. Con toda seguridad ese día me tocará trabajar, como todos los domingos. El día antes me acostaré más bien tarde y el domingo me levantaré más bien temprano, para provocar. Si el tiempo lo permite cogeré la toalla, un libro y me tiraré en la playa, que a esas alturas ya es tiempo de ir cogiendo color y disfrutar cerquita de la mar. Si el agua no está muy fría hasta me atrevo y me doy un bañito e incluso buceo un ratito, quién sabe.

Lo que tengo claro es que en mi plan no entra ir a un colegio electoral, ir a votar vamos. Como a la Iglesia, que vayan los borregos del señor, el que sea, son todos iguales. Me da igual que en estos días de efervescencia y exaltación de la democracia la gente me tache de lo primero que haya oído decir a los teleñecos del partido tal en mítines o que vea en mi razonamiento un acto de irresponsabilidad social, política o histórica y ante esos que lucharon y hasta murieron por los derechos y las libertades y bla, bla, bla. Me da igual. Si algo merece la pena de esta falsa democracia de mierda es que puedes elegir no votar y justamente eso voy a hacer. Motivos, muchos y variados.

Digo esto porque ese día me encantaría ver la playa llena de gente y los colegios electorales vacíos. Y que los sinvergüenzas que estos días en cualquier población vuelven a prometer proyectos que no hicieron en cuatro, ocho, doce, dieciséis o veinte años de mandato no tengan más remedio que cambiar algo. O al menos que se lo tengan que plantear. O al menos que lo pasen mal durante al menos un ratito.

viernes, 18 de marzo de 2011

Mundo fantasma

Los pasillos del gran establecimiento se quedaban atrás sin vida, cargados de objetos inertes y yo allí, en busca de un ser vivo cual encargado del proyecto SETI. La búsqueda de respuestas no es fácil. El lugar es oscuro, triste, frío como la ferretería de un pueblo fantasma. Al final de una de las inanimadas calles parece apreciarse un reflejo tras el que sigo con impaciencia, como queríendolo acercar con una cuerda, pero al llegar me doy cuenta que sólo era eso, un reflejo, un espejismo. Nadie, nadie, nadie.

No, no es un relato postapocalíptico, aunque podría serlo. Tal vez lo sea, o sea preapocalíptico, cualquiera sabe. Son simplemente las sensaciones que usted puede sentir en uno de esos grandes almacenes. Donde antes había mil insistentes dependientes hoy cuesta trabajo encontrar uno sólo que atienda a las necesidades (entre comillas lo de necesidades) de los clientes. Parece un problema menor, una queja aburguesada pero no si se mira desde el punto de vista laboral. De la otra parte. ¿Dónde está toda esa gente que antes estaba y ahora no?, ¿qué historias personales hay tras el despido?, ¿y tras la crisis?.

El mundo, el que conocemos, el nuestro, está últimamente más apagado, solitario, silencioso, es más impersonal. Es peor. Se palpa y se siente. ¿Quién dijo crisis?.

lunes, 14 de marzo de 2011

El final de la escalera


Peldaño a peldaño hasta el finito infinito. 
¿Qué habrá al final de la escalera?. 
Cada peldaño la misma pregunta, 
cada peldaño queda sin respuesta. 
El corazón se acelera cuanto más cerca del final, 
del final de la escalera. 
La incertidumbre puede a mis piernas,
mi imaginación espera.
Un sol derretido, oscuridad en una báscula,
sombra de ópera, tenues escamas.
Mi imaginación desespera.
¿Qué habrá al final de la escalera?
Que haya dragones afilados,
un hombre,
dos pesadillas,
tres cuchillos.
Todo menos incertidumbre.
Mi corazón desespera.
Cada peldaño espera.
Las preguntas quedan.
Ahí está el final de la escalera.
¿Qué habrá al final de la escalera?

domingo, 13 de marzo de 2011

Terremoto en la prensa escrita

Hechos como el terremoto de Japón hace temblar a la prensa escrita. La catástrofe natural del país nipón aparece recogida en los distintos periódicos un día después de producirse provocando una sensación clara de retraso, de dejá vu; las imágenes, las reacciones, el relato en sí, e incluso la mayoría de testimonios ya lo pudimos conocer un día antes, casi al minuto, a través de los distintos medios de información no-papel que existen y, sobre todo, por Internet.

El periodista del papel tal y como lo conocemos hoy en día empieza a perder su sentido. El Internet 2.0 y las redes sociales (Facebook y Twitter sobre todo) están dejando en evidencia constantemente al modelo actual de la prensa escrita y, en mi opinión, el efecto es incluso mayor que el que provocaron en su día la radio y la televisión. Efecto que pueden ir en aumento con la proliferación de los smartphone e Internet de bolsillo, cada segundo más extendido. El periodismo omnipresente y al alcance de la mano.

Los propios medios como El País colocan en su web un apartado en el que el ciudadano de a pie puede contar lo que está ocurriendo apoyándolo incluso con vídeos, fotografías y sonidos. Cualquiera puede ejercer de periodista en un momento dado, ya no se necesita que el periodista vaya al lugar para que alguien que está viviéndolo en primera persona se lo cuente, ya es esa persona quien lo cuenta en primera persona. Incluso el dogma de las 5W (¿qué?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde? y ¿por qué?) parece tambalearse. ¿Tiene sentido contar esto al lector un día después de lo ocurrido? Tal vez, pero es absolutamente insuficiente. Además de esto hace falta más imaginación, rigor, visión amplia de lo que se cuenta, recopilación, nuevos enfoques, más análisis, otros puntos de vista, elementos diferenciadores, cercanía, predicción, consecuencias, estilos más abiertos y originales... Y esto sobre todo en los diarios locales, que están siendo los primeros afectados.

¿Es el fin del periódico? No. La prensa escrita se ha ido adaptando, con más o menos acierto, a las circunstancias y se ha hecho complementario de los otros medios de comunicación. Puede seguir siendo necesaria. ¿Es el fin del modelo actual del periódico? En mi opinión, debe serlo, y cuando antes mejor.



jueves, 10 de marzo de 2011

Carnaval con interés

Coge el coche, cientoveintitantos kilómetros hacía el kilómetro cero de la gracia, la ironía, el ingenio, la crítica cantada bajita para que se enteren bien los que no se enteran. Cádiz y su Carnaval en estado puro. "Y allí compadeceremos a toda esa gente..." que cree que el Carnaval termina con el "En la ciudad de Cádiz..." de la final o en las novedades del kiosko de El Melli. Tesquiyá.

Un batallón de jartibles anda, corre, en penitencia tras unas vocales de colores para coger un buen sitio, aquí no hay ni Uniticket ni taquilla que valga. A, E, I, O y U. En una callecita estrechita, estrechita con cústica de teatro romano LOS VOCALES esperan con respeto a que finalicen unos compañeros amantes del porrazo gaditano. Chimpúm, Chimpúm. Con voz suave, casi dulce, pegan tragantá por doquier. Que si la Teo, que si el PP, la telebasura, el Puente de la Pepa, la juventud gaditana...


 Todos los dictacores del mundo musulmán
van pidiendo la baja por estrés laboral.
Hemos tenido muy cerca sus tiranías
y aquí en Europa que calladito se lo tenían.
En Libia a Gadafi se le acabó el harén
y en Marruecos le hacen mobbing a Mohammed.
Ya cayó Mubarak y también Ben Alí,
y si esto se va extendiendo por todo Oriente
Melchor, Gaspar y Baltasar me parece a mí que son los siguientes.

La noche no acaba. Máxima expectación en la Calle Nueva. Ni que estuvieran dando billetes. En efecto, unos señores con un gorro-papelera (sembrao) reparten el yacobraste, moneda única del país de Guatifó, con la cara del Caracol y del Padilla., que ya hay que tener cara. La Banca Guatifó abre su sede, no sin esfuerzo, bajo el Banco Popular, competencia directa. Va compará. Presentacion para convencer, cuplés de interes variable, todos de interés. 


Para el Bicentenario ayudarán
con subvenciones a los bares
para que se puedan adecentar
porque les juro de verdad
que en más de uno no hay quien pare.
Van a cambiar las terrazas, mostradores, 
los retretes y a unos cuantos camareros.
Y el que está debajo de mi casa, 
ya era hora, 
ya por fin va a cambiar el aceite de la freidora.
Está la Conferencia Episcopal 
muy preocupada por su empresa
porque en la misa ya no entra ni Dios
y está perdiendo cantidad
de feligreses y feligresas.
Ha dicho Rouco Varela, sobre el tema, 
que el solito va a acabar con el problema.
Y en lugar de ponerle a la gente 
penitencia
ahora va a permitirle fumar dentro de la Iglesia.

Y todo con un estribillo que suena a venganza contra nuestros queridos directores de banco, la gente lo canta con arte y rabia: 

Su préstamo está concedido, 
no tiene que preocuparse.
Falta la firma del director, 
que lo firmará, 
cuando salga de la cárcel.


Al finalizar recoja su cartilla, el libreto, que hay que activar la economía del Carnaval Callejero. Un Carnaval que en el Pópulo se mancha con un desagradable botellón que ya no suena al 3x4 sino al compás de los botellazos, ni huele a manzanilla sino a meao, ni tiene sabor a Cádiz sino a cualquiera sabe dónde. Amoscuchá.



domingo, 6 de marzo de 2011

Nieve en Algeciras


Agua, sirenas, granizo, más agua, ¡nieve!, ríos por las aceras, más agua, viento, inundaciones, llamadas al 112, 300 en una hora, tornado de la Bahía, puerto cerrado, coches en contra flecha, caos, cámaras, vecinos en las puertas, garajes anegados, televisión, más granizo, ¡más nieve!... Un domingo distinto en Algeciras.

A navegar

Hay que ver lo que nos ha cambiado la vida Internet o como lo quieran llamar, que tiene más nombres que Dios y el Diablo juntos. Será porque, como otro invento del hombre que es, tiene un poco de los dos. Si cada uno lo pensáramos detenidamente nos daríamos cuenta de todo lo que significa para nosotros.
A mí por ejemplo Internet me abrió los ojos desde un punto de vista político. Pienso que en él reside la verdadera democracia que debe sustituir a la pantomima actual de elegir con un papelito un dictador de cuatro en cuatro años. No voten. Y reside también la más cercana consecución de la idea de liberdad de expresión.

Además, permite hablar y compartir cosas con gente que de otra manera sería imposible a menos que estuviera a su altura. Nos acerca e iguala un poquito más y todo lo que nos acerque e iguale me parece digno de tenerlo en cuenta.

Con este invento también disfrutamos más de nuestras aficiones. Sea cual sea. Todo es más fácil.

Y, por si fuera poco, gracias a Internet he conocido a personas que ahora son importantes en mi vida. Alguna la más importante. Y, claro, eso te cambia todo.

Pero como es muy poco lo que venero sin odiar, también soy consciente del daño que puede hacer y todo lo malo que encierra. Pero ese es otro tema que no explica el porqué de la creación de esta bitácora (me gusta más que la palabra blog)

Cansado de estar siempre embarcado en naves de otros, decidí crear LA GOLETA TERRIBLE y marchar en solitario para poder elegir mi rumbo, mi destino, y ser mi propio capitán. Así que "al cajón y a la bodega y otra vez a navegar"...